La paz perpetua es una obra del autor Juan Mayorga, en la que sus protagonistas son animales humanizados, con las funciones psicológicas superiores muy desarrolladas o la emotividad a flor de piel, que sirven para descubrir o desenmascarar el lado más terrible de la humanidad y los horrores a los que esta ha conducido y conduce.
En este sentido, analizaremos más a fondo cada uno de los personajes que intervienen en la obra:
ODÍN: es un rottweiler con cruce de otras razas, por lo que no es puro. Es un perro que ha tenido muchos dueños y que se ha criado en la calle, de ahí que tenga un resentimiento contra el mundo. Es inteligente, un perro astuto con un buen olfato. Provoca a JOHN-JOHN, lo que desemboca en una lucha, pues su objetivo es ganar y deshacerse de sus contrincantes.
JOHN-JOHN: es el perro más joven de los tres. Es ingenuo, inocente y violento. Se trata de un perro que ha estudiado en una escuela, en la que se ha llevado varios meses aprendiendo, de lo cual se siente muy orgulloso y se lo recalca a CASIUS en múltiples ocasiones.
ENMANUEL: se podría considerar el personaje clave de la obra, pues ha sufrido un trauma emocional y por ese motivo finalmente muerte. Se refugia en la Filosofía, por lo que desarrolla un sentido de la justicia y de la moral muy fuerte que le hace volcarse en los demás.
EL SER HUMANO: es el que tiene el poder en la obra. Se trata de un adiestrador de perros para combatir el terrorismo. No tiene nombre, cosa que le caracteriza en comparación a los otros personajes de la obra.
CASIUS: es un perro labrador que se encarga de la recopilación de perros para la lucha contra el terrorsimo. Es un perro noble y veterano en el mundo militar, del cual su cuerpo se resiente.
En definitiva, cada uno de estos perros representan distintos tipos de personas con un objetivo común: combatir el terrorismo, si bien con perspectivas diferentes.

Fuente: www.elpaís.com
MAYORGA, J. (2009), La paz perpetua, KRK, Oviedo.
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